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Columna Opinión: Situación actual del vino (agosto 2023)
Escrito por Eugenia Díaz Aedo Ingeniero Agrónoma Enóloga, registro N° 207 de la ANIAE
La pandemia por el Covid produjo un tremendo remezón al mundo ya que cualquier plan de producción y proyección del negocio del vino, como así mismo de cualquier otro producto, se vio alterado negativamente, los escenarios de todos los países entraron en una peligrosa inestabilidad, además de otros hechos que han agravado la situación como las altas tasas en los fletes, transporte y de los seguros; las altas tasas de interés, la crisis energética y la situación bélica en Europa.
Se generan problemas en las cadenas de distribución y en su logística, subidas de la inflación, alza en los precios de todos los insumos, un menor poder adquisitivo en las personas, los cuales, junto a otros temas políticos en cada país, han puesto al vino en una incómoda posición, un menor consumo y bajas importantes en las ventas, o sea un escenario tan extraordinariamente complicado como el del Covid.
Esta situación tiene a todos los productores de vinos muy complicados, junto a un gran sobre stock de vinos y con menores utilidades, tanto así que seguro varias han de estar en cifras rojas obligándolas a reestructurarse, diseñar nuevos planes y ser más eficientes. Al final del año 2022 se observó una leve recuperación, pero para algunas viñas, cerró complicado; lo que va del 2023 está siendo más difícil, principalmente por un mayor costo operacional y de los insumos.
El vino chileno va mayoritariamente a la exportación, dependemos de los países que nos compran el vino y si la inestabilidad de estos ha producido un menor consumo, el impacto negativo para el negocio en Chile es relevante, la desaceleración del consumo ha golpeado las ventas del vino chileno, a mayor precio de venta, el impacto negativo ha sido mayor.
El trabajo que se había realizado en China estaba dando resultados, pero desde el año 2017 este país inicia una reducción en las importaciones de vinos pero que, en el año 2020, por los factores negativos ya mencionados, además de los cambios de hábitos de los ciudadanos chinos, los envíos a ese destino han caído del orden de un 50% a nivel industria; no es fácil para Chile la competencia con los tres primeros exportadores mundiales de vinos (Francia, España e Italia).
También hay un retroceso del Reino Unido y Canadá; este resultado deja claro la importancia de “tener los huevos en muchas canastas”. Las ventas en el país y en Sudamérica, para algunas bodegas, son las únicas que han aumentado y Estados Unidos ha sido el más estable.
No es fácil romper este escenario tan negativo, todas las empresas saben que deben generar estrategias de mayor eficiencia para disminuir costos, crear un plan de marketing certero para fortalecer y estimular la venta de sus mejores vinos; focalizar y diversificar sus mercados y potenciarlos.
A todo lo anterior, no se debe olvidar o poner ya como tema prioritario, el cambio climático y la falta de agua. Chile ya cuenta con el “Código de Sustentabilidad de la Industria Vitivinícola Chilena” con 84 viñas certificadas, que representan a más del 80% de las exportaciones de vino embotellado. Este estándar considera el uso sostenible de los recursos naturales, el cuidado de la biodiversidad y el fomento a prácticas que permitan adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, es un gran desafío. También se ha invertido en equipos que optimicen el riego, viticultura de precisión y manejos de canopia y el manejo de los residuos industriales líquidos.
Definitivamente, las viñas deberán estar en sintonía con tecnologías que aseguren cosechas de calidad en una viticultura responsable y sostenible. Son muchos los desafíos, en un escenario hoy complicado.
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